







El taller se encuentra en Churriana de la Vega, a 6 kilómetros de Granada, donde dispongo del almacén de maderas, la maquinaria y las múltiples herramientas (muchas de ellas fabricadas por mí). La estructura del taller me permite mantener las condiciones óptimas de temperatura y humedad para la fabricación de instrumentos.
Las maderas se dejan secar durante años para garantizar la estabilidad dimensional de las mismas y evitar contracciones, alabeos y grietas que se producen al reducirse la humedad. Como norma se prefiere madera con muchos años de secado para la fabricación de instrumentos; en mi opinión tan solo es necesario que haya perdido la suficiente humedad que garantice el equilibrio de la madera con el medio ambiente, para que la madera se mantenga estable. Según estudios dendrocronológicos (que analizan las secuencias de anillos de crecimiento de los árboles) el famoso lutier Stradivarius utilizaba madera para las tapas de sus violines con un máximo de 5 o 7 años de secado. Incluso hay casos en los que la excesiva sequedad de las maderas puede ser un inconveniente; como por ejemplo ocurre con los aros de una guitarra o un violín que resultan mucho más difíciles de curvar y tienen más tendencia a quebrarse cuanto más seca está la madera. Algo parecido sucede con ciertas tapas de cedro, que se vuelven quebradizas y frágiles con los años, haciéndolas casi inservibles para construir guitarras.
La mayoría de herramientas que utilizo son manuales, elaborando mis instrumentos de forma similar a la que han trabajado los constructores durante siglos; aunque también dispongo de máquinas eléctricas que facilitan, sobre todo, el desbaste y el trabajo con piezas grandes. Un elemento imprescindible para mi trabajo es mi amplia biblioteca sobre instrumentos y construcción de los mismos que sirve de base para cada nuevo proyecto. Me interesan todos los aspectos de la lutería y normalmente realizo todas las piezas y desarrollo personalmente muchas de las actividades relacionadas con la construcción de un instrumento musical, desde el diseño del plano, la selección y tratamiento de las maderas, el torneado de las clavijas, la preparación de los barnices, la elaboración de cuerdas de tripa, etc.
En la fabricación de instrumentos utilizo las madera más tradicionales, aunque también busco maderas alternativas, algunas de ellas de la zona como el álamo negro o el olivo, compradas en aserraderos locales. No empleo nunca palo santo de Río por dos motivos: el primero es la prohibición de su comercio internacional por el CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas); y en segundo lugar porque considero que el palo santo de India o el de Madagascar tienen propiedades acústicas semejantes y que permiten conseguir instrumentos de la misma calidad con un coste sensiblemente inferior.
A menudo utilizo maquinaria que perteneció a antiguos guitarreros de Granada. Como la sierra circular que fabricó Manuel de la Chica con un motor de lavadora y una mesa de máquina de coser. También uso la sierra de cinta que utilizó muchos años Manuel Fernández. Algunas de las maderas antiguas de que dispongo pertenecieron al taller de Antonio Ariza.