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Coleccion

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Hace más de 30 años que colecciono instrumentos de música. Siempre han sido mi interés principal y el objeto de mi estudio y mi trabajo. Mi intención es ir subiendo paulatinamente fotografías de los instrumentos de mi colección (cerca de 1000 instrumentos). Las fotografías se agrupan en las cuatro divisiones de la clasificación Hornbostel-Sachs. Los objetos de esta colección se prestan, en ocasiones, para exposiciones y conferencias donde se difunda el conocimiento de dichos instrumentos y la música que producen.

DEFINICIÓN DE INSTRUMENTO MUSICAL

En una sociedad determinada, cada componente tiene una idea de lo que es y no es un instrumento musical; la dificultad de dar una definición universal viene dada por las diferentes nociones que distintas culturas pueden tener de los conceptos: “musical” e “instrumento”. Cuando un chamán agita rítmicamente una maraca en un ritual de curación actúa como un cirujano con su escalpelo, no está, probablemente, haciendo “música” sino curando al enfermo. De la misma manera una escoba cuyo mango es frotado contra una puerta puede cumplir sobradamente la función de acompañamiento rítmico a una canción popular. Así los objetos sonoros llegan a ser instrumentos musicales cuando son utilizados con una intención musical, cuando nos transportan a otros significados y a otras realidades diferentes al sonido primario, tomando un papel primordial, en cuanto a su función metafórica, en el proceso de la comunicación.

El Diccionario de la lengua española, en su vigésima segunda edición, define instrumento musical (Las ediciones anteriores preferían la locución “instrumento músico” con la misma acepción) como: “Conjunto de piezas dispuestas de modo que sirva para producir sonidos musicales”. El Diccionario da, así mismo, las siguientes acepciones:

Instrumento de cuerda. El que lleva cuerdas de tripa o de metal, que se hacen sonar pulsándolas, golpeándolas con macillos o haciendo que un arco roce con ellas.

Instrumento de percusión. El que se hace sonar golpeándolo con badajos, baquetas o varillas.

Instrumento de viento. El que se hace sonar impeliendo aire dentro de él.

Estas definiciones constituyen en su conjunto una clasificación de los instrumentos musicales que proviene de la práctica orquestal europea.

El hecho musical es un proceso de comunicación en el que el sonido tiene una importancia primordial que nos permite delimitar lo que constituye un instrumento musical. Es necesario detenerse en este aspecto para la comprensión del proceso.

El sonido es una sucesión de ondas de presión transmitidas por el aire que llega a nosotros, y es transformada, por el oído interno, en impulsos eléctricos a los cuales nuestro cerebro asigna una significación. Generalmente la Acústica distingue tres elementos indispensables en el proceso de emisión de sonido por un instrumento musical: el generador , el oscilador y el amplificador .

El generador es el objeto o fuente de energía necesaria para la producción de sonido; ya sea mediante una corriente de aire expelida por los pulmones en una flauta, por un arco en el caso de un violín, o por una baqueta en el caso de un tambor, es imprescindible la participación de este elemento que permita la excitación del material elástico del instrumento musical.

El segundo elemento es el oscilador , aquel que genera la vibración que posteriormente oímos. Normalmente consiste en un objeto flexible capaz de producir deformaciones y recuperaciones cíclicas del material. En los idiófonos consiste en un punto de la superficie del instrumento que se desplaza de su posición de equilibrio, normalmente de forma perpendicular a esta superficie. En los cordófonos es un segmento de la cuerda que se desplaza de su posición de equilibrio perpendicularmente a la longitud de la misma. En las flautas es el filo o bisel que divide la corriente de aire en turbulencias cíclicas generando el sonido.

El tercer elemento es el amplificador . Este debe ser capaz de aumentar la vibración recibida del oscilador para que la energía sonora llegue a nuestros oídos. Se trata generalmente de un cuerpo flexible que incrementa la superficie de contacto del instrumento con al aire que lo rodea.

Los instrumentos musicales y sus tipos son tan diversos que no podemos definirlos simplemente como el conjunto: generador-oscilador-amplificador. Se dan casos en que el oscilador no forma parte del instrumento, sino que es externo. Otros, en cambio, no poseen amplificador diferenciado del oscilador (o carecen totalmente de él), como algunos zumbadores (aerófonos libres) o el triángulo (idiófono).

Un ejemplo de esta problemática son los aerófonos de embocadura o trompetas. En este caso el oscilador no pertenece al propio instrumento, la vibración la producen los labios del instrumentista, que a su vez modulan el aire contenido en todo el sistema. Es innegable la relación que tienen la boquilla y el cuerpo del instrumento en configuración del sonido de las trompetas, pero el músico, sin el instrumento o sólo con la boquilla, es capaz de hacer vibrar los labios, produciendo sonidos, de la misma manera que con el instrumento. Una de las funciones principales del instrumento sería servir de megáfono en relación con el sonido producido por el tocador.

En el caso del mirlitón el oscilador está aun más atrás, en las cuerdas vocales de la garganta del ejecutante, siendo la función del instrumento cambiar el timbre y amplificar el canto o habla del músico. La clasificación de instrumentos musicales Sachs/Hornbostel soslaya este problema creando una subdivisión con los instrumentos en los que “la membrana se hace vibrar al hablar o cantar contra ella”.

Por tanto, una definición universal y unívoca de instrumento musical debe formularse ampliamente, como hace Egberto Bermúdez hablando de “cosas que producen sonidos”; o Erich M. von Hornbostel: “…puede considerarse instrumento musical cualquier cosa en la que el sonido pueda producirse intencionadamente”.

CLASIFICACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS MUSICALES

Dentro de la diversidad de criterios posibles para la agrupación de los instrumentos en categorías la Organología sigue el de naturaleza del elemento vibratorio específico que produce el sonido. Se tomó como base la publicación por Victor Charles Mahillon de su Catálogo descriptivo y analítico del Museo del Conservatorio de Bruselas en 1893 y los estudios, continuando la obra del anterior, de los profesores Eric M. von Hornbostel y Curt Sachs plasmados en Systematik der Musikinstrumente de 1914. Según la naturaleza de la materia vibrante lo instrumentos se agrupan de la manera siguiente:

• Idiófonos – El elemento vibrante es el mismo material de que está construido el instrumento. Este no requiere de otros elementos adicionales para vibrar.

• Membranófonos – El sonido es producido por una membrana en tensión. Estas membranas o pieles están sujetas a un marco o cuerpo que actúa como soporte y caja de resonancia.

• Cordófonos – El sonido se produce por la vibración de una o más cuerdas sometidas a tensión entre dos puntos fijos. Normalmente el instrumento dispone de un cuerpo que sirve de caja de resonancia.

• Aerófonos – En la mayoría de los aerófonos el sonido se produce por la vibración del aire incluido en un tubo o recipiente. Generalmente es el músico quien sopla dentro del instrumento para hacer que suene.

Existen otras clasificaciones anteriores y posteriores pero que no han tenido una aceptación generalizada en el ámbito científico. Así tenemos la clasificación desarrollada en los siglos XVIII y XIX de los instrumentos de la orquesta que agrupa en instrumentos de cuerda, instrumentos de viento e instrumentos de percusión . La clasificación propuesta por André Schaeffner en Origine des instruments de musique de 1968 presenta algunas modificaciones interesantes desde el punto de vista de la materia vibrante de los instrumentos que el autor divide en instrumentos en los que vibra un cuerpo sólido e instrumentos en los que vibra el aire . Además la primera categoría la subdivide a su vez en cuerpo sólido no susceptible de tensión (equivalente a los idiófonos) y cuerpo sólido susceptible de tensión (que engloba a los cordófonos y a los membranófonos). Esta clasificación, como otras de aire posmoderno centradas en aspectos antropológicos más que organológicos, no ha llegado a generalizarse.